If you... [Benjamín]

I-pod con pista de Guns n Roses, casquetes, manos dentro de los bolsillos de su sudadera y una coleta mal amarrada, era el arsenal que cargaba encima ese día.
Precisamente yo no era una paloma, y por ello me valía una m****a lo que mi hermana hiciese pero...
¿Porqué demonios tenía que ser precisamente Mia O'Jackers mi hermana?
Era simplemente una jugarreta del destino, un destino tan trágico que incluso Romeo y Julieta pensarían dos veces antes de suicidarse...

No tenía ganas de entrar a la clase de infectología, y saltarmela ya había sido un hecho. Cargaba colgada de mi cuello, una cámara profesional, misma, que hacía su click con cada toma que veía interesante. Siempre fui amante de la fotografía, incluso cuando mis padres estaban reacios a mi interés por cosas que estaban ajenas a la actuación.
Se podría decir que yo era la "oveja negra" de la familia. Cosa que me encantaba.

El lago simplemente se podría catalogar como mi lugar favorito en toda la trinchera de guerra, es decir, la universidad. Era un lugar precisamente adecuado para mi añorada tranquilidad, lejos de los murmuros y lejos de los comentarios estúpidos de los "zombies" universitarios.
Nunca fui muy habladora, y eso no me molestaba, me gustaba simplemente el ruido de la música, ajena a la voz chillona de cualquier persona.
-Ahh...esto apesta...-dije, cuando la cámara comenzó a pitear, avisando el agotamiento de la batería. Perfecto, y allí se había ido mi tranquilidad.

Al parecer sí existía un Dios y había creado las enfermedades en los maestros. Practicamente había escuchado un coro de ángeles cuando la secretaria de la directora entró al salón diciendo que el maestro de Cotización había faltado y tenían la hora libre. Con una amplia sonrisa corrió hasta su coche, dirigiéndose a su departamento. Había pensado en quedarse en éste simplemente recostado, o con un buen libro. En lugar de eso, tomó su cámara profesional, saliendo de nuevo con el coche. Iría al lago.

Había algo en ese lugar que le llenaba de paz interior. Esa que no es palpable, pero sale en cada poro de tu piel cuando realmente la sientes. Aparcó el coche en la calle aledaña a éste, entrando por la maleza para llegar al pequeño claro donde estaba el lago. Lo que no esperaba encontrar era a la hermana O'Jackers. Había visto que estaba alrededor de Hariel, y en una que otra ocasión le había comentado lo mucho que le agradaba aquella niña.

Frunció el ceño, acercándose con el suficiente ruido para anunciar su llegada. Vio como la chica estaba batallando con su cámara, y se detuvo a lado de ella, mirando como sacaba las baterías. Sí, eso siempre le pasaba a él. Lo que le sorprendió fue ver la cámara que estaba usando. No era una cámara cualquiera. Era un artefacto profesional que hasta a él le causaba complicaciones usar.

-Hoy es tu día de suerte -anunció, sacando un par de baterías de la parte posterior de su pantalón-. ¿Heather, no es así? -preguntó, extendiéndoselas.

Yo no era paranoica, nunca sufrí de ese mal. Pero todo ser humano se asustaría si estás concentrada en algo y de repente escuchas, en medio del precioso silencio ajeno a voces humanas...desprenderse de los labios de alguien.
Di un leve alzón de hombros, y maldije en mi mente. No estaba acostumbrada a la cercanía de las personas, y él, definitivamente estaba muy cercan.
Di unos cuantos pasos, deslizandome, ,mirándolo, para cuando me extendió las baterías y eso fue realmente....realmente...¿Un regalo del cielo?.
Esbocé una leve sonrisa, más bien, una mueca, porque ¡Hey! No era buena siendo...amable, y tampoco me molestaba no serlo.
Mentira, no era sincera conmigo misma ¿Y qué? Eso no le afectaba a nadie, ni siquiera a mi cámara.

-Supongo que he tenido mejores días...-dije, y dejé salir una suave y delicada voz que contrastaba con mi rostro, pero no con mi actitud ácida.
Introduje las baterías y ¡listo! encajaron perfectamente
-¡Encajaron!-dije, alzando unas octavas mi voz. Sí, la fotografía me fascinaba, sacaba ese lado....uh...de porrista de las fotografías en mí.

Sabía mi nombre, pero escucharlo de la boca de alguien era....simplemente encantador, y no es como si me dejara deslumbrar, simplemente...se sentía bine ser llamada por tu nombre y no por tu apellido, corriendo el riesgo de ser comparada con la "otra" O'Jackers

-"L" está bien...-dije, encogiéndome de hombros ¿Y tú eres....?-Su rostro se me hacía conocido, pero su nombre....bueno, yo no era precisamente buena con los nombres -Lo siento pero...por casualidad...tú no eres el zom--mordí mi labio y bajé la mirada, tomando aire. Era muy mala para las conversaciones, y eso era por mi falta de tacto al decir lo que pensaba -El chico de Hariel?...Lo siento....sabes mi nombre y yo no...em...-dije con el ceño levemente fruncido, no se podía evitar, mi silencio era interrumpido por un chico...que no estaba mal, era la propiedad de alguien más, y de paso...había salvado mi funesto día. Perfecto.

Metió las manos en los bolsillos del pantalón, balanceandose sobre sus talones. La miró por debajo de sus pestañas con una radiante sonrisa en sus labios. Sabía que probablemente era de esas chicas a las que les costaba siquiera entablar una conversación amable con alguien más. Alzó una ceja, esperando a que adivinara su nombre, pero irrumpió en pequeñas carcajadas cuando vio que había estado a nada de llamarlo 'zombie de Hariel'. Sí, se podría decir que eso era actualmente. Con todas las cosas que estaban pasando su relación iba de mal en peor, y no quería siquiera pensar en cómo terminaría ésta.

-Soy Benjamin -pronunció lentamente con esa profunda voz ronca que lo caracterizaba-. Pero puedes llamarme Ben.

Sin ser invitado siquiera, se sentó a lado de la pelirroja, rodeando sus piernas con ambos brazos. De lejos podía ver lo genial que era su cámara, y sus dedos estaban hormigueando por poder tocarla. Sabía que pocos fotógrafos le prestarían su arma de trabajo, pero ella no parecía una profesional. Simplemente parecía una aficionada, como él. Fue eso lo que lo animó a extender la mano hacia ella con una amable sonrisa y ojos llenos de expectación y curiosidad.

-¿Me permitirías verla?

A pesar de todo, él era su salvador del día. Le había prestado las baterías exactas para su cámara, sin adivinar que realmente le servirían. Aunque claro, todas las cámaras profesionales usaban las mismas baterías. Él lo sabía porque la que tenía colgada en el cuello era muy parecida a la que tenía ella en el regazo.

Hice una mueca cuando se presentó, y asentí, normalmente yo no era amigable, y ni siquiera me tomaría la molestia de preguntar su nombre pero...¡hey! ¿que podía hacer yo? Ese chico, era diferente a como lo imaginaba, al menos, me llamaba por mi nombre, y hasta el momento no había hecho un comentario fuera de lugar pero. No existían los chicos perfectos, y eso, era la verdad absoluta.

-No, Benjamín, aunque sea largo, está bien-dije, algo dudosa de ello, un tanto pensativa. ¿Era necesario ser tan...¡tan! arisca?.

Lo seguí con la mirada para cuando se sentó, y sorprendentemente no me molestó. Simplemente me limité a dejar atrás mi perfecta máscara de hierro, dejando asomar una expresión de sorpresa cuando extendió sus manos con esa...esa..sonrisa de "no rompo un plato" aunque la mejor frase sería "Cachorro suplicante"
Estaba por lanzar un no, estaba a punto de decirle mas de 10 razones por la cual, definitivamente, no le prestaría mi cámara, y tenía una razón que pesaba por sobre todas ellas. Seguía viva mi cámara, por SUS baterías, además de que aunque para mí, era algo imposible, no me costó darsela. Fue como ceder ante la tentación de un chocolate.
-Claro, ¿porqué no? Es raro conocer personas que le gusten...las cámaras...-dije, con mi voz suave, y riendo delicadamente, moderada, aunque la verdad, y ganas no me faltaban de dejar salir mi fanatiquismo por la fotografía. -¿También te gusta...la fotografía? Cuál es tu fotografo favorito? Hey, te advierto ¿no es un truco para acercarte a mi hermana verdad? Porque Hariel...es demasiado buena como para que la engañes-diablos, odiaba esto, comenzaba a dar el estúpido discurso, aunque yo no era la más indicada, y no era como si Hariel fuese santa de mi devoción, pero...que diablos, me gustaba esa chica, algo histérica, pero me gustaba.
Chasqueé mi lengua y me di cuenta que mi comentario estaba fuera de lugar, y maldije, seguidamente, estiré mis piernas y me apoyé en las palmas de mis manos extendidas, para proseguir a enarcar mi espalda, haciendo caer mi larga cabellera roja hacia atrás.
-Lo siento, no soy buena con estas cosas...no es de mi incumbencia...ahh...solo olvídalo...-murmuré, mirando al cielo, estaba en una buena vista para una foto

Dio un suspiro de alivio cuando la vio extender la cámara hacia él. Par ser sinceros lo único que esperaba era un rotundo no y que se levantara para irse. Había escuchado que ella era poco amigable; pero él no. Y si era amiga de su novia, valdría la pena ser su amiga también. Sonrió, examinando la cámara. Los lentes eran nuevos, pero la base no tanto. El flash carecía de verdadera potencia, pero parecía ser que capturaba excepcionalmente los primeros planos. Moría por tener un objetivo cercano para probar la función marco. Giró el rostro cuando escuchó su primera pregunta, considerandolo por unos segundos.

-Hmm, creo que definitivamente Annie Leibovitz.

Era simplemente algo en sus fotos que le llamaba la atención de sobremanera. Podía mirar todas y cada una de ellas sin cansarse. Eran fantásticas, y si algún día llegaba a conocerla, probablemente se quedaría sin habla en un estado de completo shock. No sabía qué había en ella, pero todas sus fotografías eran mágicas.

-¿Cuál es tu fotógrafo favorito? -preguntó, mirándola.

Frunció el ceño, abriendo los ojos de sobremanera cuando escuchó lo de su hermana. ¿Engañar a Hariel? En cuanto las palabras se filtraron por sus oídos soltó una estruendosa carcajada. Sí, ya la había engañado hace un tiempo, pero no se sentía tan enamorado como lo estaba ahora. En éstos momentos no existía nadie más que Hariel en su vida. Negó con la cabeza, animadamente, mirandola con una sonrisa encantadora. Sí, definitivamente ésta chica quería mucho a su novia.

-Definitivamente no es un truco para acercarme a tu hermana -rió.

Mia era una de las chicas más lindas de la escuela, de eso no cabía duda, pero de eso a que él se sintiera atraído por ella, había un mar de diferencia. Sobre todo tomando en cuenta que la chica era mejor amiga de Regina. Probablemente Hariel se volvería loca y terminaría por cometer un crimen pasional. Aunque claro, no la culpaba. Después de todo había sido realmente su culpa que ella desconfiara tanto de él con respecto a Regina. Pero vamos, fue una sola vez, y él ya no sentía absolutamente nada por ella. Carraspeó. Ese no era el tipo de pensamientos que debía estar teniendo con la amiga de su novia.

-Como sea, he escuchado que no te llevas tan bien con Mia -comentó, arqueando una ceja.

-Henri Cartier Bresson. Sus trabajos fueron los primeros que conocí y me llevaron al amor por la lente -murmuré, con la voz algo extasiada, recordar la primera vez que ví una galería de fotos era un recuerdo que en mi ninez se convirtió en el más preciado de cualquier memoria. -Aunque ahora, él ya no está...lloré mucho cuando me revelaron semejante cosa, demonios...creo que lloré tanto que estuve de luto por 6 meses...-comenté, riendo de mí misma, pero es que el sentimiento que sus trabajos transmitían, hacían que mi corazón cerrado con llave y candado se abriera y se hiciera gelatina.

Su carcajada me hizo mirarlo como bicho raro, definitivamente molesto, pero asombrosamente contagioso.

-Vale, para de reírte, no es una maldita broma, lo digo en serio -Mi reclamo no fue del todo convincente puesto que mis comisuras temblaban queriendo encorvarse en una sonrisa.
Toda la risa y la tranquilidad se vieron borradas cuando mencionó a mi hermana y entonces fruncí el ceno y volví a la máscara de limón. Giré mi rostro y miré el lago y suspiré

-Porqué lo dices...pero si somos las mejores hermanas del mundo...-murmuré con mi notable sarcasmo y entonces tomé una piedrita y la lancé al lago y esta rebotó por el efecto de tensión superficial y seguidamente se hundió
-Digamos que yo nací de un altavoz y ella en una vitrina de joyería cara....-Dije y alboroté mi cabello -Y a Hariel tampoco es que mi hermana le caiga muy bien...así que con tu chica tenemos algo en común, supongo pero...Benjamín, si te acercaste a mí solo por hacerte amigo de una de las amigas de tu novia, evitalo si, sería molesto -dije mirando al frente y entonces con mis dedos indice y medio de ambas manos, hice una especie de marco, enfocando el panorama digno de una foto

No pudo evitar soltar una carcajada cuando mencionó que había estado de luto con la muerte de su fotógrafo favorito. Aunque claro, él no tenía por qué culparla. Cuando era pequeño corrió el rumor de que dejarían de trasmitir las Pistas de Blue, su programa favorito, acerca de un perrito azul que tenía que encontrar pistas para resolver los acertijos que planteaban. Lloró por horas y horas. Días, para ser exactos. Hasta que su madre llamó a la televisión y le aseguraron que el programa solo daría una pausa para regresar con la siguiente temporada. Lo malo había sido que habían cambiado al anfitrión. Ben no dejó de llorar una vez más. Pero claro, eso era algo que solo su madre sabía, y así iba a quedar; como un secreto de estado.

-Oh, pero si yo lo estoy tomando completamente enserio -rió entre dientes, mirándola divertido.

Frunció el ceño al ver su reacción con respecto a su hermana. Probablemente ese era un tema delicado que prefería no tratar, pero él ya había abierto su boca y no podía remediarlo. Clavó la mirada en el suelo rocoso que llevaba como un pequeño sendero a la orilla del lago. Ahí donde las minusculas ondas creaban pequeñísimas olas hacia la tierra.

-Vaya, esa es una comparación digna de admirar -sonrió, aun sin mirarla-. Y no, no me interesa conocerte porque eres amiga de mi novia. Me interesa conocerte porque planeo robarte tu cámara mientras duermes -bromeó, mirándola con una amplia sonrisa.

En el mundo...bueno, en la Universidad habían diferentes tipos de personas, el 95% no me caía nada bien, eran falsos, egoístas, todos unos zombies, cero neuronas. Pero él...bueno, parecía no ser un zombie completo....¿tal vez y una nueva especie había surgido? tal vez...
Nuevamente me cogió desprevenida, y solamente no pude contener las ganas de reír, hace mucho que no lo hacía, y realmente se sintió bien.

-Oh por Dios!-exclamé, y me rompí de la risa, incluso, solté una que otra lágrima -¿Robármela, há! tenog un gran equipo de seguridad alrededor de ella, es como querer robar la corona de la reina victoria...-dije, totalmente segura de ello -Realmente...realmente eres increíble...-le dije, ladeando mi cabeza, tomando bocanadas de aire, esbozando a ratos leves sonrisas.
-Me alegro que no estés por interés, creo que eres de los pocos que realmente no son zombies-dije, y me sonrojé levemente, ¿Yo? ¿sonrojandome?

Frunció el ceño levemente, con una sonrisa de confusión. ¿Zombies, había dicho? Rió suavemente, mirandola por debajo de sus pestañas. Podía ver el suave sonrojo de sus mejillas, y sin proponerselo alzó la mano para acariciar la piel rosada con la yema del pulgar, deleitándose con el calor que éste emanaba sobre su piel.

-Vaya, alguien se sonrojó -sonrió, bajando la mano en caso de que le incomodara su toque-. Por más extraño que ese cumplido sea, sigue siendo un cumplido -rió entre dientes-. Así que muchas gracias. Tu tampoco eres un zombie. A menos que esa sea tu identidad secreta por las noches -alzó un ceja, bromeando.

En realidad no estaba ahí por su cámara. Estaba ahí por el simple hecho de que ella disfrutaba tomar fotografías igual que él. Llegado el momento él había dicho a su padre que estudiaría fotografía, pero él ni siquiera había considerado la opción. Había objetado que era una carrera mediocre, y que ningun hijo suyo estudiaría eso. Y lamentablemente para él, era hijo único.

-¿Estas en la facultad de fotografía? -preguntó.

Fruncí el ceño cuando comentó acerca de mi pequeño "problema" y el contacto de su pulgar no me molestó, pero sí me sorprendió, y bueno, ¿aquien engañar? Me alejé un poquito, debía ser porque no estaba acostumbrada a las muestras físicas de nadie....debía ser por eso, pero, aun sentí el tacto allí, era la primera vez que alguien mostraba algo más que simple "interés personal" por mi apellido -si sabéis a lo que me refiero-
Yo no había pedido nacer en la cuna de unos actores famosos y renombrados, yo no había pedido nacer con una hermana mayor sexy y popular -sin neuronas -pero en fin...no había pedido nacer como era...tan....diferente, oscura y retorcida pero...me esto último...me gustaba.
Marcaba lo que era y punto.

-Oh, pues guárdalo, es un secreto, si se enteraran de mi confabulación con los zombies, la raza humana se vengaría de mí y de...mi cámara y...no querrás que nuestra cámara caiga en manos enemigas...¿verdad? -dije, alzando una ceja, riendo, ladeando mi cabeza, y dejando que mi cabello se deslizara por delante y cubriese mi rostro como una cortina.

Tomé otra bocanada de aire, y entonces alcé una ceja ante su pregunta, y resoplé
-Mis padres estarían no muy contentos con eso...dicen que la fotografía podría ir bien...para las personas que son normales y quieren saltar a la fama pero....-mi sonrisa se volvió sarcástica -"Para alguien nacida con el apellido O'Jackers...es algo que está fuera de discusión"-dije y pasé mi mano por mi cabello, haciendo toda la cortina para atrás -Estúpido e idiota...-reí -¿No lo crees?...es decir..."musica, danza, y actuación" deberían ser las carreras apropiadas para alguien con el talento...¡bah! ¿no te parece una idiotez completa? -le pregunté, riendo, oh, vamos, era la primera vez que me quejaba frente a alguien, en especial, alguien que cargaba combo completo en sus pantalones. Un hombre.
-Olvídalo....no es momento para que escuches mis quejas de la vida que llevo....yo estudio Medicina...-dije, riendo, cada vez que le decía eso a alguien, por algín motivo, pensaba que era el fin del mundo. ¿Acaso no tenía pinta de Dra. Punk?