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Cásting para Matt DiLouvre
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Cásting para Matt DiLouvre
Le he añadido algo de arrogancia al personaje - aunque la camufla para ser el chico perfecto que todos creen que és -, espero que sea de vuestro agrado.
Ahí va, un pie detrás del otro, gafas de sol puestas, muchachas girándose allá donde vaya, tíos deseando saber el secreto a la debilidad de las féminas por su persona. Matt DiLouvre ¿quién no le conoce? Absolutamente nadie de Francia, rotundamente nadie en la universidad de Vermont. Sólo alguien que habite bajo las piedras ignoraría la existencia de este joven de origen aristocrático, vividor y carismático, que deja huella en todos, indiferentemente del sexo. A primera vista es encantador, un chico que tiene lo que quiere y cuando lo quiere, amable y dedicado, muy complaciente pero ¿es esa la realidad? No, la verdad pocos la conocen – por no decir nadie – y si este popular universitario tiene tanto éxito no es sólo por las monedas que brillan en su bolsillo sino también por su labia y su saber hacer, siendo muy analítico y egoísta, siempre pensando en sus propios fines aunque camufle tremendamente bien sus intenciones.
Entra a paso ligero por las puertas de la universidad, deshaciéndose de las gafas y colgándolas del cuello de la camiseta como si fuese lo más glamuroso del mundo; nadie lo ve forzado, nadie siente que la forma en que camina sea exagerada, pues todos lo aprecian y, en el caso de que lo detesten, es por pura envidia – y él lo sabe-. Se pasa una mano por el pelo y luego le da una palmada en la espalda a un compañero de clase con el que no tiene mucha relación pero le pasa los apuntes, así que más le vale darle su momento de gloria entre el resto a través de ese saludo y asegurarse así los del trimestre siguiente. ¡Oh, mira! Ahí está Asia, la que acaba de llegar de Londres y ya ha pasado por sus sábanas; sí, la dejó tirada en la cita con la excusa de que debía acabar un trabajo, añadió también que lo suyo no funcionaría y ella no protestó, más bien se contentó con haber tenido el placer de conocerle íntimamente aunque sólo fuese un par de veces; Matt le guiñó un ojo y ella exhaló un suspiro a sus espaldas. No se sorprendía de las reacciones que causaba en ellas, estaba habituado y lo adoraba, sólo que fingía tener una humildad que no poseía y ahogaba su arrogancia parcialmente para así gustar más a la gente y obtener sus beneficios más fácilmente. Sí, para el futuro arquitecto todo era una mera estrategia enmascarada en galantería y saber hacer, nunca errando en nada y siendo visto así por los demás. ¿Tienes un problema? Matt encontrará la solución, claro que sí, aunque no creas que serán gratuitamente pues, aunque no seas consciente, él se cobra sus favores y nunca sale perdiendo.
Sonó su teléfono móvil, vibraba en el bolsillo izquierdo de su pantalón con ímpetu, pero al ver la cabellera rubia que le precedía a unos metros una sonrisa divertida se pintó en su rostro, pues hacía bastante que no se cruzaba con el bonito cuerpo de su ex-pareja, Hariel. Sacó el teléfono del bolsillo, se lo llevó a la boca y tras un elegante ‘Je te passerai un coup de fil aprés.’ volvió a depositarlo en su pantalón para acelerar el paso, acariciar la espalda de la chica que tenía delante de hombro a hombro, apartándole el pelo hasta deslizarlo a su delantera. Ella se giró, sobresaltada, y se topó con la sonrisa jocosa de él, siempre tan dispuesto a hacerla rabiar.
-¡Pero si es la chica más guapa de Copenhague! – Exclamó con tono sarcástico mientras la adelantaba, girando su cuerpo para estar frente a ella, caminando él de espaldas – Que lástima que no vayas con tu Ben-plemento, hubiese sido un placer verle también y que así aprendiese qué tipo de chicos te gustan realmente – añadió en referencia al novio de la chica por la que más había sentido jamás – y la única- aunque no lo reconociese. No se llevaba mal con Benjamin pero, él que estuviese saliendo con Hariel era más que un buen motivo para ser objeto de pullas, eso sí, él siempre las camuflaba para no dejar de parecer menos encantador. Hubo un ligero cacareo de risas alrededor tras el comentario, a cuyo sonido el joven francés negó con la cabeza – Estaba bromeando, Ben es perfecto para ti – respondió para tranquilizar al gentío – Alguien como tú – le susurró a ella al oído. Sonrió con falsa amabilidad, escondiendo una vez más esa socarronería que muchas veces camuflaba en bromas pero que realmente le caracterizaba. Como muchos de su estatus: arrogante, envidioso y caprichoso, siempre se quiere lo que no se tiene.
Entra a paso ligero por las puertas de la universidad, deshaciéndose de las gafas y colgándolas del cuello de la camiseta como si fuese lo más glamuroso del mundo; nadie lo ve forzado, nadie siente que la forma en que camina sea exagerada, pues todos lo aprecian y, en el caso de que lo detesten, es por pura envidia – y él lo sabe-. Se pasa una mano por el pelo y luego le da una palmada en la espalda a un compañero de clase con el que no tiene mucha relación pero le pasa los apuntes, así que más le vale darle su momento de gloria entre el resto a través de ese saludo y asegurarse así los del trimestre siguiente. ¡Oh, mira! Ahí está Asia, la que acaba de llegar de Londres y ya ha pasado por sus sábanas; sí, la dejó tirada en la cita con la excusa de que debía acabar un trabajo, añadió también que lo suyo no funcionaría y ella no protestó, más bien se contentó con haber tenido el placer de conocerle íntimamente aunque sólo fuese un par de veces; Matt le guiñó un ojo y ella exhaló un suspiro a sus espaldas. No se sorprendía de las reacciones que causaba en ellas, estaba habituado y lo adoraba, sólo que fingía tener una humildad que no poseía y ahogaba su arrogancia parcialmente para así gustar más a la gente y obtener sus beneficios más fácilmente. Sí, para el futuro arquitecto todo era una mera estrategia enmascarada en galantería y saber hacer, nunca errando en nada y siendo visto así por los demás. ¿Tienes un problema? Matt encontrará la solución, claro que sí, aunque no creas que serán gratuitamente pues, aunque no seas consciente, él se cobra sus favores y nunca sale perdiendo.
Sonó su teléfono móvil, vibraba en el bolsillo izquierdo de su pantalón con ímpetu, pero al ver la cabellera rubia que le precedía a unos metros una sonrisa divertida se pintó en su rostro, pues hacía bastante que no se cruzaba con el bonito cuerpo de su ex-pareja, Hariel. Sacó el teléfono del bolsillo, se lo llevó a la boca y tras un elegante ‘Je te passerai un coup de fil aprés.’ volvió a depositarlo en su pantalón para acelerar el paso, acariciar la espalda de la chica que tenía delante de hombro a hombro, apartándole el pelo hasta deslizarlo a su delantera. Ella se giró, sobresaltada, y se topó con la sonrisa jocosa de él, siempre tan dispuesto a hacerla rabiar.
-¡Pero si es la chica más guapa de Copenhague! – Exclamó con tono sarcástico mientras la adelantaba, girando su cuerpo para estar frente a ella, caminando él de espaldas – Que lástima que no vayas con tu Ben-plemento, hubiese sido un placer verle también y que así aprendiese qué tipo de chicos te gustan realmente – añadió en referencia al novio de la chica por la que más había sentido jamás – y la única- aunque no lo reconociese. No se llevaba mal con Benjamin pero, él que estuviese saliendo con Hariel era más que un buen motivo para ser objeto de pullas, eso sí, él siempre las camuflaba para no dejar de parecer menos encantador. Hubo un ligero cacareo de risas alrededor tras el comentario, a cuyo sonido el joven francés negó con la cabeza – Estaba bromeando, Ben es perfecto para ti – respondió para tranquilizar al gentío – Alguien como tú – le susurró a ella al oído. Sonrió con falsa amabilidad, escondiendo una vez más esa socarronería que muchas veces camuflaba en bromas pero que realmente le caracterizaba. Como muchos de su estatus: arrogante, envidioso y caprichoso, siempre se quiere lo que no se tiene.
Matthew A. DiLouvre- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 16/06/2011
Localización : Entre tus sábanas, probablemente...
Re: Cásting para Matt DiLouvre
¡CASTING ACEPTADO!
{Matthew A. DiLouvre #
{Matthew A. DiLouvre #
¡Muchas Felicidades! La administración de Vermont University, ha decidido que tienes una buena capacidad de rol, y por ello, es que se te otorga el personaje que pidiste con anterioridad. Esperamos el resto de tus registros y tu ficha para tener color. Tienes 36 hrs.
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